WWOOF - Milburn

Luego de seis días en Clinton, dentro de Wairuna Organics conseguimos un nuevo lugar para hacer wwoofing.

Esta vez fuimos a parar a Milburn, un pueblito a 50 km. de Dunedin (la ciudad con más alumnos universitarios del país).

El aviso de la casa, destacaba que se trataba de una vieja iglesia reconvertida que además tenía una galería de arte. Interesante, no ?

Llegamos a destino y claramente nos encontramos con una casona muy linda que hace treinta años había sido una iglesia. Dejo de serlo, porque había otra a solo 5 km. y tener dos iglesias, en el mismo distrito, resultaba muy caro para los clérigos.

Nos recibieron de muy buena manera Christine y Berni. Sin embargo, en este tercer paso como wwoofers, la experiencia fue de más a menos.

El comienzo fue muy alentador, con una buena relación con los dos sesentones. Para destacar fue el mejor lugar donde comimos (rico y abundante). Y en la primera tarde Christine nos llevó hasta, un mirador donde se pueden ver un fosil milenario de una ballena y una vista suprema de las Tokomairiro Plains.

No obstante, todo terminó un poco tirante. Las causas: Christine fue demasiado rompebolas con las chicas y algunas actitudes de Berni no nos gustaron para nada (increíble la ignorancia sobre Argentina y el mundo !!!).

De todas maneras, entre nosotros cuatro siempre la pasamos de primera y terminamos riéndonos muchísimo de algunos disparates que vivimos. Sinceramente algunos absurdos de Berni fueron para mandarlo a la MIERDA !!!!. Pero quédense tranquilos, que mantuvimos la calma.

Dani con el cartel de Milburn al costado de la ruta

La gran curiosidad de la casa eran los pájaros. Christine parecía una amante de las aves. En la casa había tres distintas especies de loros, una urraca que cantaba todo el día el ¡Feliz Cumpleaños! y varias gallinas. Pero digo que simulaba ser una amante de los pájaros porque les cortaba las alas !!! Cómo te pueden gustar los loros y córtales las alas ???? Si hay algo que caracteriza a un ave es su capacidad de volar. Sin eso…….deja de serlo. Respecto a los trabajos que tuvimos que hacer, las chicas se encargaron de sacar miles de yuyos, trabajar bastante con la pala y también limpiar vasos de todos los colores en la galería de arte.

En tanto los chicos, el primer día plantamos varios árboles frutales, pero luego trabajamos con Berni y los pinos de 40-50 años que había talado. Increíble derribar árboles de ese tamaño y edad sin ninguna razón !!!! Solo para construir un galpón para guardar herramientas. La galería de arte es otra GRAN GRAN GRAN historia. Christine rezaba para que entre algún cliente. Sin embargo, tenía poquísimos visitantes. Hubo días que nadie toco el timbre y cuando alguien aparecía no compraba prácticamente nada.

La razón….,no es de malo,….pero lo que pintaba era horrible. Miren estas caras, lo dicen todo. La máxima dice: "Sobre gustos no hay nada escrito". Pero los dibujos en los vasos eras feos, antiestéticos y extravagantes. Hasta un enano tenía para vender…… A pesar de todo, nos sacamos la foto para el recuerdo. Los dos días libres que tuvimos fuimos a recorrer Dunedin y la Península de Otago.

La ciudad de Dunedin es la segunda más grande de la Isla Sur (125,000 habitantes), muy pintoresca con sus edificios antiguos. El Octágono es el punto central de la ciudad, una gran plaza con bares alrededor, estatuas y mucho movimiento de gente que camina por las calles George y Princess.

Muy linda para visitar es la Dunedin Railway Station (construída en 1906), no se la pierdan. Además transita mucha juventud, por la famosa Universidad de Otago. Por supuesto que pasamos por la fábrica de chocolates “Cadbury”. Y terminamos el City Tour en Baldwin St. La calle más empinada del mundo. En serio, no es chiste, según el libro Guinness tiene 38º grados de inclinación y la pone Nº1 en el ranking. Una boludes, pero figura en el Libro Guiness. Je Je Je. Por su parte la Península de Otago es un paseo encantador. Justo frente a Dunedin, es un recorrido que permite ver las mejores postales de la ciudad. Y las NO NOTICAS es que fuimos a ver el avistaje de albatros…..pero nos quedamos con las ganas. Solo cientos y cientos de gaviotas, que en NZ están por todos lados. También llegamos a la puerta del castillo Larnach (construído en 1876) y nooooo entramos, porque la entrada eran $25 dolares.